
Cristian Meza
8 feb. 2023
El liderazgo ha ido cobrando un importante papel a nivel organizacional.
La gestión del liderazgo en las organizaciones ha ido evolucionando a lo largo de los años, hemos pasado de un estilo 100% directivo o autocrático a otros más democráticos, carismáticos, transformacionales y al llamado laissez-faire "dejar hacer", entre otras. Todas estas nuevas tendencias de liderazgo promueven como base fundamental incrementar los espacios de conversación entre jefes y empleados. En principio parece fácil cumplir con tener que conversar de vez en cuando con los miembros de nuestros equipos, sin embargo en la mayoría de los casos, estas conversaciones no son más que dos personas diciendo palabras en el mismo lugar. La efectividad en las conversaciones son el resultado de principalmente escuchar de manera empática, dejando de lado nuestro interés natural por tener el control, por hablar de nosotros mismos, de nuestras experiencias, de nuestras creencias y juicios. Prestar atención y dejar de lado toda distracción no es nada sencillo, más aún cuando la distracción está en nuestra mente. Stephen Covey dijo: La mayoria no escucha con la intención de entender. Escuchamos con la intención de responder".
La idea anticuada y poco efectiva de pensar que el área de recursos humanos debería ser el único responsable por escuchar los problemas personales de los trabajadores, preocuparse por su desarrollo y su bienestar, y dejar a los jefes directos solo la responsabilidad de tratar temas estrictamente laborales, no aporta de ninguna manera en crear vínculos de confianza y menos aún en el compromiso de los trabajadores con sus líderes y con la empresa.
Hace más de 20 años se creó la evaluación de desempeño, como una herramienta que les permitía a los jefes valorar y en muchos casos recompensar el buen desempeño de sus empleados, y a su vez obligarlos a tener al menos 3 reuniones en el año (apertura, revisión y cierre) con sus empleados, con el fin de entablar conversaciones generativas. Sin embargo sabemos que el simple hecho de plantear conversaciones no asegura que estas sean efectivas, más aún cuando tienen carácter obligatorio.
Desarrollar realmente conversaciones generativas, requieren de voluntad, esfuerzo y energía, pero el resultado puede ser absolutamente positivo, incrementando de manera significativa la lealtad, el compromiso y la mejora en el performance de los empleados.
Celeste Headlee, periodista y presentadora norteamericana de amplia trayectoria, escritora y autora del libro "We need to talk", nos enseña 10 reglas prácticas y muy importantes para tener una buena conversación generativa. Les recomiendo ver el vídeo.